Autor: Ricardo Toledo (Calavera)
Corría el año de 2018, en una de tantas sesiones de inducción a nuevos empleados que me han tocado dar en la empresa para la que trabajo, al final de ella, se me ocurrió comentar que me gustaba la bici, poco tiempo después se apareció un cuate de lentes todo buena onda pidiéndome que le ayudara con algo de su compu, no recuerdo exactamente qué fue lo que me pidió, en eso se puso el protector de pantalla de mi compu y empezaron a aparecer algunas imágenes que tengo arriba de la bici, además de fotos con mi familia, amigos, etc., cuando este cuate me dice: a mi también me gusta la bici y tengo un grupito con los que ando en bici y hacemos salidas y también corremos y nadamos y etc. Y le pedí que un día me invitara a los entrenes, a lo que me dijo que si, pero que eran un grupo amateur (como si yo hubiera sido en ese momento el graaan ciclista que quiero ser y que no he logrado a la fecha…) mi respuesta fue: claro que quiero!!
Unos días después, este cuate (creo que ya saben de quien hablo, si! Es el Coach Contentote!) me dice: te voy a agregar al grupo de Whatsapp para que estés enterado de las salidas y vayas conociendo a la gente que compone el grupo, por supuesto que mi respuesta fue: mil gracias! Si quiero estar en tu grupo! Pero, cuando vi la cantidad de gente que componía su “grupito” me sorprendí!! Dije: grupito ni que nada!! Es un grupote!! Más de 60 personas en un grupo de Whatsapp, no se le puede considerar “grupito”!, me sentí muy bien porque además me dieron una muy cálida bienvenida, todos me saludaron y me sentí muy cómodo, muy arropado, super chido!
Para el siguiente fin de semana se estaba organizando una ida al Giro de Morelos, había oído hablar de esa ruta, pero nunca había tenido oportunidad de hacerla, por lo que me apunté a ir y le pedí al Coach si me podía ir con él en su carruaje, el Contentote, súper chido como es, me dijo que con gusto, pero que tenía que estar en su casa poco antes de las 5:00 am, asi que preparé la bici, preparé mis cosas y dormí temprano para poder estar puntual a la cita. Por cierto, estaba emocionado, feliz de poder ir a conocer esa ruta que después y hasta la fecha es mi favorita, me gusta mucho por la dificultad y lo pintoresca que resulta, además de que, por la hora en la que tomamos camino, puedes ver el amanecer y los maravillosos colores que nos regala el alba, y qué mejor que arriba de la bici en tan buena compañía…
Llegamos poco antes de las 7:00 am a la Fonda 4 Vientos, ya todos conocemos su ubicación, ya estaban algunos del Team esperando por lo que apresuramos la preparación para iniciar la rodada.
Tomamos foto como siempre, posando contentotes pa salir muy guapos! E iniciamos el camino!
Íbamos rodando muuuuy bien, todos juntos, varios reagrupamientos que sirvieron para rehidratar y descansar un poco y esperar a los rezagados.
Cuando nos dice el Coach: vamos a empezar la subida al Asta Bandera, donde nos pararemos para reagrupar (una vez más) y esperar a los rezagados, cuando vean una pared de piedra, es donde empieza la subida y de allí son como 4 km al Asta.
Empezamos la subida y alcancé a una chava que estaba sentada como esperando algo, con cara de cansancio, a la distancia le grité: ya no hay lugar en la “barredora” (que por supuesto iba manejando con la habitual alegría y disposición de ayuda de siempre nuestro amigo Armando) y su cara de angustia se acentuó! Pero en un acto de amor propio, fortaleza o no sé qué, tomó su bici y pudo subir a donde nos reagrupamos todos! Ella llegó y pensé que me iba a reclamar le haber dicho la falta de lugar en la barredora y por haber hecho esa “bromita” (llegando al grupo y haciéndose el chistoso, pensé que iba a decir!) pero no! Todo lo contrario, llegó y me agradeció porque gracias a lo que le dije, ella pudo subir al Asta. Esa chava es Ado!
Desde entonces soy #quarzofromhell